La
grave crisis alimentaria que se vive en Venezuela ha causado que muchas
familias tengan que decidir entre educarse o alimentarse.
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Más
del 40 % de los hogares en Venezuela reportó que ha tenido que reducir los
gastos en educación para poder comprar alimentos, según un estudio del
Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan) y la
Comisión Especial de Justicia y Paz de la Asamblea Nacional del 2015.
Según
los resultados de la Encuesta de Seguridad Alimentaria y Nutricional en
Venezuela 2020-2021, aplicada a 6.660 personas de 2.041 hogares, entre finales del
2020 y principios del 2021, 43 % reportó que disminuye sus gastos en salud y
educación, 74 % adquiere día a día sus alimentos y 56% gasta sus ahorros para
poder comprar alimentos.
Según
la encuesta, 69,1 % de los hogares está la clasificación de seguridad
alimentaria marginal: tiene un consumo de alimentos mínimamente adecuado, lo
que significa que pueden comprar alimentos pero no afrontar gastos no
alimentarios.
Si
hay una emergencia en los hogares con seguridad alimentaria marginal, han
empleado estrategias como retirar a los niños de la escuela, vender casa o tierras,
aceptar empleos riesgosos, pedir dinero en la calle e incluso buscar sobras en
la basura.
Para
enfrentar la crisis en esos hogares también han utilizado estrategias como
vender bienes del hogar o activos, vender el vehículo del hogar, buscar trabajo
informal, hacer trueque por alimentos o reducir gastos en salud y educación.
“90,7 % de los hogares en Venezuela vive entre
inseguridad alimentaria severa, inseguridad alimentaria moderada y seguridad
alimentaria marginal”, destaca el informe.
Según
el estudio, los hogares con los mayores porcentajes de inseguridad alimentaria
están en Amazonas (83,3 %), Apure (52,9 %), Falcón (52,9 %), Delta Amacuro
(50,0 %) y Yaracuy (40,4 %).