Una "plaga" de caracoles africanos gigantes que representan riesgos potenciales para la salud de los humanos está causando alarma en Venezuela, donde las lluvias sostenidas han facilitado su proliferación. Las primeras colonias del caracol subsahariano Achatina fulica fueron descubiertas a principios de noviembre a orillas del lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela.
Lissachatina fulica es una especie de caracol terrestre de la familia Achatinidae, en el orden Pulmonata, comúnmente conocida como caracol gigante africano. Anteriormente era conocida como Achatina fulica. Estos caracoles se encuentran frecuentemente en jardines y cultivos, donde se alimentan de distintas plantas, llegando incluso a convertirse en plagas de importancia económica.
"Se han verificado sitios específicos... donde se recolectan aproximadamente de 350 a 400 caracoles por día", dijo a la AFP Rafael Ramírez, alcalde de la ciudad de Maracaibo. Las autoridades estaban trabajando duro para combatir los caracoles.
El caracol africano gigante se considera una especie invasora debido a su capacidad reproductiva (hasta 600 huevos cada dos semanas) y su vida útil relativamente larga de seis años en promedio.