NTGuárico.blogspot.com
Este miércoles de la semana mayor, los feligreses de la iglesia católica salieron a elevar sus oraciones ante la imagen del Nazareno, a pesar de las restricciones vigentes por la actual pandemia que en las últimas semanas se ha agudizado a niveles alarmantes.
De forma atípica, este año no se pudo realizar la procesión del Nazareno que cada miércoles santo recorre junto a la imagen de la santísima Virgen María a recorrer las principales calles de la ciudad, acompañado de las autoridades eclesiásticas y los devotos, quienes año tras año reafirman su Fé durante la Semana Mayor. Sin embargo desde las afueras de la Iglesia Parroquial Espíritu Santo, ubicada en la populosa Urbanización las Garcitas, las personas se apostaron en horas de la tarde a escuchar la palabra impartida por el párroco Saul Ron y a orar ante la representativa imagen de advocación a Jesucristo.
El miércoles Santo marca el fin de la Cuaresma y el inicio de la Pascua católica. En el recuento de los acontecimientos, según el Evangelio de San Mateo, después del Domingo de Ramos, el Sanedrín (aquel consejo de sabios de la fe judía, con autoridad en temas religiosos y civiles) se reunió para detener y matar a Jesús, incluso antes de la festividad de Pascua.
El miércoles antes de su muerte, Jesús estaba en Betania, en casa de Simón El Leproso. Mientras estaban sentados en la mesa de la cena, una mujer llamada María ungió la cabeza y los pies de Jesús con aceite costoso y los discípulos se indignaron. Varios preguntaron por qué el aceite no se vendía en lugar de usarlo esa noche y el dinero dado a los pobres.
El Evangelio de San Juan dice que Judas Iscariote quería mantener el dinero para sí mismo porque “en realidad no le importaban los pobres” y era quien manejaba la bolsa común del grupo. Luego Judas fue al Sanedrín reunido y ofreció entregarles a Jesús a cambio de dinero. A partir de este momento, Judas Iscariote buscaba una oportunidad para traicionar a Jesús.